Hoy mueren unas 7.000 personas al año en siniestros viales; más de 10.000, por problemas de salud asociados a la mala calidad del aire; y cerca de 6.500, a manos de delincuentes en la vía pública. Además, hay cerca de 60.000 heridos en riñas callejeras por conflictos de tránsito. Esto implica que la verdadera guerra que debemos enfrentar es la de la calle: En los últimos diez años las víctimas mortales de accidentes de tránsito han quintuplicado a las del conflicto armado; y lo peor, es que el 83% de los afectados son los ciudadanos más vulnerables. ¡Caminar y pedalear nuestras ciudades debe dejar de costarnos la vida!

Esto ocurre porque la inversión pública se concentra en la expansión de la malla vial, lo cual no soluciona la congestión ni la contaminación. Además el ordenamiento territorial es un negocio de constructores, tenedores de tierras y las administraciones de turno. Así, las cicatrices urbanas y los elefantes blancos están a la orden del día, volviendo a nuestras ciudades inequitativas e inhóspitas. En estas condiciones, no es extraño que la motorización siga en alza y cada día menos personas prefieran viajar en bus, a pie y en bicicleta.

Por eso queremos que el nuevo Plan Nacional de Desarrollo 2018 - 2022, prevea acciones de gestión pública y presupuesto de inversión para las siguientes iniciativas:

1. Revisar las normas de tránsito bajo la premisa Todos llevamos la vida en la via. Esto implica: reducir límites de velocidad, renovar y contener el parque automotor, y proteger la circulación de peatones y ciclistas.
2. Co-financiar proyectos de alamedas, ciclorutas, parques, cebras e iluminación del espacio público, pasando la página de los Transmilenios y las Casas gratis ¡No más ciudades grises!
3. Educar a todos los ciudadanos en cultura vial, en especial a los más chicos. Más niños llegarán sanos y salvos al colegio a pie, en bicicleta y en buses limpios. 
4. Articular los Planes de Movilidad con el Ordenamiento Territorial. La pobreza se combate mejorando el acceso a la ciudad: viviendo más cerca y compartiendo el espacio público.
5. Promover la implementación de la Guía de Ciclo-infraestructura adoptada recientemente por Mintransporte, y adoptar legalmente la Guía de Tráfico Calmado.
6. Fortalecer el sector movilidad, mejorando el control de infracciones, expidiendo pases solo a quienes puedan manejar con responsabilidad y planeando un futuro sostenible ¡Reglas claras para mover la economía del transporte limpio!

Con estas iniciativas, voluntad política y compromiso ciudadano, lograremos consolidar la paz urbana. El sueño: Ciudades amables en donde nos movamos sonriendo y con calma, pensando en el bienestar del vecino y conscientes de que debemos compartir la calle, con solidaridad y respeto, como un espacio común de reencuentro con el otro.