A 30 años del '83, más y mejor democracia

A 30 años del '83, más y mejor democracia

Iniciada
9 de septiembre de 2013
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Por qué es importante esta petición

Iniciada por Integrantes de Generación 83

A 30 años del ’83: ¡Más y Mejor Democracia!

A treinta años de la masiva irrupción pública de jóvenes estudiantes por libertad y democracia, autonomía y cogobierno, expresamos que las reivindicaciones de ayer se transforman hoy en una lucha por más y mejor democracia.

Mantenemos en nuestra retina la acción y lucha de miles de estudiantes universitarios y secundarios. Estas se enmarcaron en una serie de movilizaciones populares que fueron fundamentales para derrotar políticamente a la dictadura.

En aquel año tuvo lugar una multitudinaria concentración de trabajadores el 1º de mayo, el ayuno de SERPAJ, nuestra recordada Semana del Estudiante que culminó en la emblemática Marcha del 25 de setiembre, una sucesión de cacerolazos y concentraciones nocturnas barriales, el regreso de niños del exilio y el más grande acto político el 27 de noviembre. Tanto en el interior como en la capital, la imaginación encontró miles de formas para expresar el repudio al régimen cívico militar y la vocación de cambio.

Para quienes nacimos a la vida política y ciudadana en aquellas circunstancias, conmemorar la lucha, la resistencia y la recuperación democrática, es tan necesario como recordar el golpe de estado en 1973.

Al cumplirse tres décadas de aquellas jornadas históricas, retomamos lo esencial de los anhelos que nos comprometieron. Hace 30 años resistimos, marchamos y luchamos por cogobierno, democracia, autonomía, plena vigencia de los derechos humanos, libertad para los presos políticos -entre ellos muchos estudiantes-, verdad, justicia y memoria y el esclarecimiento del paradero de los detenidos desaparecidos.


Nos reconforta el pleno funcionamiento de las instituciones y poderes públicos, la vigencia de derechos y garantías para todos los habitantes. Hemos contribuido a afianzar la democracia con la recuperación de los derechos usurpados, conquistado a la vez nuevos derechos y estableciendo nuevas institucionalidades. No desconocemos que ha habido avances y muchos de ellos sustantivos y duraderos. Pero falta mucho por hacer: aún hoy hay amplios sectores de la población que padecen necesidades básicas insatisfechas en materia de vivienda, salud y educación.


Las situaciones de pobreza, miseria y exclusión nos interpelan y siguen convocando en la consolidación de una sociedad integralmente desarrollada, efectivamente inclusiva e igualitaria. Respetuosa de la diversidad que supere la discriminación de ciertos colectivos; como ser las mujeres, los afrodescendientes, los discapacitados y las opciones sexuales alternativas. Su reconocimiento es aún una cuestión pendiente para la sociedad uruguaya.
Asimismo el sistema carcelario es deficitario y por otro lado la seguridad es un reclamo de nuestra población. No parece razonable ni conducente que en pos de una seguridad parcial se intente igualar el trato de los adolescentes al de los adultos desde el punto de vista penal. Estamos comprometidos con el no a la baja.


Celebramos el esclarecimiento de algunas de las desapariciones forzadas, la recuperación de algunos niños (hombres y mujeres hoy) secuestrados de sus madres o nacidos en cautiverio. Sabemos cuánto pesó la impunidad y su ley nefasta aprobada en 1986, y como su posterior aplicación e interpretación obstaculizó las investigaciones, la verdad y la justicia de crímenes horrendos y repugnantes.


Hoy como ayer, continúa estando en el centro de nuestras preocupaciones la situación de la Educación en general y de la Universidad en particular. Pocos avances se han hecho en las impostergables reformas que requiere el sistema educativo en todos sus niveles. El desarrollo científico y tecnológico alcanzado en estos años es todavía insuficiente para afrontar los desafíos que tiene el Uruguay. Se requiere desencadenar una dinámica de innovación profundizando la interacción del sistema universitario con la ciudadanía en los procesos económicos, sociales y culturales en lo territorial.


La política nos importó ayer, nos importa hoy y nos importará mañana.

Una política que, en el marco de la Constitución y la ley, refleje la negociación de intereses contrapuestos y hasta irreconciliables, que se haga cargo de las restricciones y complejidades de la realidad y que proyecte el país hacía el futuro. Los problemas de los sectores más vulnerables requieren políticas duraderas, fundamentalmente en educación, que permitan la equidad, la participación ciudadana, la inclusión social y la inserción laboral en un mundo cada vez más sofisticado.

Una política que apueste a la innovación donde los proyectos colectivos primen sobre la inspiración individual de los gobernantes y las transformaciones se impongan sobre los intereses corporativos.

Una política en la que los elencos de gobierno se constituyan por equipos de trabajo consustanciados con las políticas a desarrollar y en la que a todos los niveles existan evaluaciones de rendimiento y de cumplimiento de los objetivos.

Valoramos los liderazgos políticos y su legitimidad otorgada por la ciudadanía a través del voto popular, pero resulta fundamental conjugar adecuadamente las lógicas de partido con la idoneidad moral y capacidad técnica; así como la consulta pertinente a la sociedad civil organizada, que redunde en un trabajo colectivo eficiente a largo plazo.

Queremos un Estado en que la lentitud de la gestión no sea la regla y que la velocidad y eficacia de la gestión no sea castigada. Sin trámites ni funcionarios innecesarios. Sin expedientes ni trámites transitando por distintas oficinas donde hacen colas los ciudadanos cuando estamos en la era del expediente electrónico. Queremos una democracia donde los representantes apelen a la participación responsable de los ciudadanos y las decisiones no se tomen por fotografías oportunistas de la opinión pública.

No solamente queremos un gobierno ético. Queremos un gobierno y una sociedad que comiencen a priorizar la estética de la cuestión pública. Esto es, la calidad de lo que hacemos y cómo lo hacemos, Queremos un gobierno que demuestre una sensibilidad social y una transparencia de la que los uruguayos podamos enorgullecernos.

Creemos en un mundo en paz, apostando a la resolución pacífica de los conflictos en el marco de las resoluciones legítimas de la comunidad internacional, y repudiamos toda utilización unilateral de la acción bélica.

La realidad de hoy nos indica que el cuidado del medio ambiente constituye un desafío fundamental. La explotación de los recursos naturales debe garantizar a las nuevas generaciones las condiciones para poder vivir en dignidad, calidad y sustentabilidad. Todo esfuerzo que vaya en esa dirección es sustancial para demostrar el compromiso de los ciudadanos de hoy con los ciudadanos del futuro.

Más y mejor democracia es el compromiso que asumimos hoy, honrando nuestra lucha y compromiso de ayer. Más y mejor democracia para que el Uruguay sea un ejemplo para el mundo, tanto en el desarrollo de las libertades, la igualdad fundamental, como en la contribución a la paz y en el respeto entre las personas y las naciones.

Setiembre de 2013

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